Tras su anuncio en la COP28, el Fondo Amazonía para la Vida entró en una fase clave: diseñar su arquitectura de gobernanza y su manual de operación de la mano de los propios pueblos indígenas amazónicos. En 2024 y 2025, COICA y el BID consolidaron un proceso técnico–político que hoy permite hablar de un mecanismo real de acceso directo para las organizaciones indígenas nacionales de la Amazonía.

Codiseño entre COICA y el BID

El equipo técnico de la Unidad de Amazonía del BID y el equipo técnico de COICA han trabajado conjuntamente en reuniones presenciales en Quito para definir la gobernanza del fondo, establecer reglas claras y asegurar transparencia en cada paso. 

Entre los avances más importantes se encuentran:

  • Planificación de un comité de gobernanza con participación de COICA y el BID, responsable de orientar las decisiones estratégicas del Fondo. 

  • Planificación de un manual de operatividad, que fija los procedimientos para presentar, evaluar y aprobar proyectos liderados por organizaciones indígenas. 

  • Definición de criterios de acceso, salvaguardas con enfoque indígena y herramientas de planificación, monitoreo y evaluación para proyectos de bioeconomía.

Paralelamente, una Cooperación Técnica específica apoya la estructuración del fondo fiduciario, la implementación de la gobernanza y la adecuación de los sistemas internos de COICA para canalizar recursos multidonantes con enfoque territorial.

Una hoja de ruta construida con las organizaciones de base

El diseño del Fondo no se ha quedado en oficinas. Desde 2024, COICA, junto al BID, ha impulsado talleres territoriales en donde se trabajó con organizaciones base de COICA para aterrizar la operación del Fondo Indígena Amazonía para la Vida, reafirmando que los recursos serán gestionados directamente por las organizaciones indígenas de los nueve países amazónicos.

La hoja de ruta contempla que cada organización nacional presente proyectos de bioeconomía y conservación por aproximadamente un millón de dólares, demostrando su capacidad para ejecutar iniciativas con impacto directo en comunidades y territorios.

Primeros acercamientos a Brasil, Perú y Surinam

En paralelo al diseño institucional, COICA y el BID han avanzado en una serie de acercamientos bilaterales y reuniones técnicas con organizaciones nacionales de la cuenca, con énfasis en:

  • Perú, donde AIDESEP se consolidó como la primera organización en aprobar un proyecto bajo el Fondo Amazonía para la Vida, orientado al monitoreo comunitario y la protección territorial. 

  • Brasil, a través de COIAB y otras organizaciones amazónicas, con quienes se han abierto espacios de diálogo para preparar propuestas en bioeconomía y conservación de bosques, en el marco de que el Fondo está abierto a todas las organizaciones indígenas nacionales de la región. 

  • Surinam, donde COICA ha iniciado contactos con sus organizaciones afiliadas para socializar la estructura del Fondo, identificar prioridades territoriales y avanzar hacia la presentación de proyectos con enfoque de economía indígena. (Inferido a partir del carácter regional y la apertura del Fondo a las organizaciones de los países amazónicos). 

Este proceso de planificación y diseño confirma que el Fondo Amazonía para la Vida no es un instrumento impuesto desde fuera, sino una herramienta construida con los pueblos, pensada para responder a sus prioridades y para abrir las puertas a una nueva relación entre banca multilateral, Estados y territorios indígenas amazónicos.